miércoles, 31 de agosto de 2011


Las sensaciones como definición, no son más que cualidades captadas como respuesta a los estímulos tanto internos como externos. Por tanto, las sensaciones buenas vendrán ligadas a una vida buena y las sensaciones malas a una vida mala. Dejando así de lado la posibilidad de ser felices a las personas a las que la vida le marcha mal. Pero yo, al igual que todos, he pasado momentos en los que he pensado que mi vida no tiene realmente sentido. He llorado, gritado, peleado, luchado y obtenido ningún resultado a cambio. Aún así, sin razones aparentes, me levantaba con la sensación de felicidad plena. Es esa la sensación que te alienta a vivir, la que hace que el resto de cosas sean insignificantes, la que te permite seguir adelante. Una sensación producida por una conciencia tranquila que te ofrece un bienestar interior que no cambiaría por nada, ni siquiera por una vida buena.


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